Por Carlos Dan
Para hablar de la terapia geotermal es imprescindible hacer
referencia al concepto de chakras, uno de los conceptos claves de la
medicina oriental. Son siete los centros energéticos (chakras) que
recorren nuestro cuerpo, distribuyéndose a lo largo de él y girando para
brindarnos energía positiva.
No obstante, los bloqueos energéticos causados por una multitud de
agentes (tales como el estrés, el insomnio, enfermedades, depresiones,
etc.) pueden ser fatales para los chakras, pues hacen que éstos giren a
destiempo y de forma más lenta. La intervención de la terapia geotermal
permite regular el funcionamiento de los chakras para así.
Esta terapia consiste en la distribución de piedras calientes y frías
a lo largo del cuerpo del paciente, quien recibe un masaje que además
de relajarlo le proporciona un bienestar completo causado tanto por las
propiedades de las piedras, sus temperaturas, las posiciones de las
mismas y el masaje del terapeuta propiamente dicho.
Resaltando lo anterior, la terapia con piedras calientes permite un
acentuado comercio de energía entre las piedras y el individuo, lo cual
es favorecido por la posición de las mismas. Muchas de las piedras
utilizadas son de origen volcánico, lo cual hace que nuestro organismo
reciba energía de elementos cargados de energía de la tierra.
Las piedras en la terapia geotermal
En el masaje geotermal si bien las manos, técnica y preparación del
terapeuta son cruciales para llevar a cabo correctamente la terapia y
proporcionarle al paciente los beneficios que necesita, lo cierto es que
las piedras también cumplen un papel fundamental, y aunque no son
“instrumentos mágicos sanatodo” sí contienen propiedades importantes.
Estas piedras, alma mater de la terapia geotermal, son piedras que se
traen de lugares como China, Japón, Hawaii o Arizona, lugares
identificados como productores de primera categoría de las piedras que
utilizamos en esta terapia alternativa.
Las piedras basálticas (piedras negras) son piedras cargadas de
energía de la Tierra, pues se extraen de profundidades geológicas. Su
contenido en hierro hace que retengan por mayor tiempo el calor, lo cual
hace que su poder magnético (y por consiguiente los beneficios que
genera) se vea acrecentado.
En cuanto a las piedras frías (piedras blancas) éstas suelen ser de
mármol paquistaní, y sus temperaturas bajas hacen que la piel adquiera
firmeza y disminuyan los dolores.
El contraste entre piedras calientes (negras) que alcanzan los 60º y
piedras frías (blancas) hace que nuestro cuerpo multiplique los
beneficios de la terapia geotermal. Las piedras son elemento fundamental
en ella, y como decíamos al comienzo, su energía combinada con las
técnicas de masaje del terapeuta conforma una terapia alternativa muy
completa.
Propiedades del masaje
Las propiedades del masaje con piedras calientes son múltiples, y
tanto internas como internas. En spas y centros especializados se aplica
con todas las condiciones necesarias para sacar lo mejor de él.
Compartamos este masaje y conozcamos de cerca sus propiedades.
Por ejemplo, una de ellas es su mejora sobre el sistema circulatorio.
El masaje de piedras calientes permite rejuvenecer la circulación
sanguínea del organismo entero, pues las diferentes temperaturas de las
piedras acompañadas del masaje sobre el cuerpo permiten irrigar las
pequeñas venas que mejoran sustancialmente la función del sistema
circulatorio entero.
Además, este masaje desintoxica la piel. Estimula el sudor (que de
por sí estimula la eliminación de toxinas), y esto es especialmente
beneficioso, pues muchas enfermedades aparecen por la acumulación de
toxinas en el organismo. A través de la circulación sanguínea y del
sudor producido por las temperaturas de las piedras, podemos
eliminarlas.
Finalmente, destacamos su aplicación como agente reductor del dolor.
El masaje de piedras calientes hace decrecer la transportación de
señales de dolor de los receptores sensitivos, brindando un alivio
generalizado del dolor.
¿Cómo es una Sesión de Terapia Geotermal?
Como sabemos, las piedras ocupan un rol primordial en la aplicación
de este tratamiento, pero no son el único motor de beneficio para
nuestro organismo. El terapeuta tiene a mano numerosas herramientas para
brindar bienestar al paciente, entre las que se encuentra el masaje
propiamente dicho.
En el masaje de terapia geotermal, el terapeuta tiene dos maneras de
aplicar las piedras: de forma estática (colocándolas inmóviles sobre el
cuerpo del paciente) o de forma dinámica (desplazándolas a lo largo de
su cuerpo). El tacto, los estímulos térmicos y el trabajo en técnica de
masaje conforman esta parte de la terapia.
Hay otros dos elementos que también están en juego a la hora de
llevar a cabo este tratamiento. El primero es la aromaterapia, y el
segundo la musicoterapia. A través del primero se logra estimular el
organismo a través de aromas específicos, mientras que mediante la
musicoterapia se consigue crear un ambiente relajado y distendido para
que el paciente se encuentre en perfectas condiciones de llevar a cabo
el tratamiento.
Lo primero que se hace en una sesión de terapia geotermal es exfoliar
la piel a través de granos de girasol tostado y aceites esenciales de
tomillo, clavo y limón. Esto ayuda a eliminar células muertas y prepara
la piel para recibir la energía de las piedras.
Luego se remineraliza la piel con polvos de fonolita y abedul,
estimulando el metabolismo celular, para proceder así al masaje en sí,
utilizando ahora las piedras calientes y frías en lo que será la parte
más extensa y enriquecedora de la sesión.
Beneficios de la Terapia Geotermal
Al tratarse de un masaje que trabaja con los chakras, el masaje con
piedras calientes permite restablecer los niveles energéticos de nuestro
organismo y nivelarlos para que se distribuyan correctamente por
nuestro organismo causando bienestar general.
Pero la terapia geotermal no sólo aporta beneficios generales, sino
que también ejerce una notable acción específica sobre nuestro cuerpo.
En primer lugar permite combatir muchos dolores crónicos, especialmente
aquellos óseos y musculares como el dolor de espalda, dolores
articulatorios o contracturas musculares.
Además tiene un efecto sedante sobre nuestro organismo, reduciendo
los niveles de estrés y aportando una agradable sensación de relajación
que no sólo existe durante la sesión (que dura aproximadamente 50
minutos), sino que también tiene los efectos de un masaje profundo en
menor cantidad de tiempo.
Finalmente hay que subrayar que este masaje tiene un efecto estético
muy efectivo para la belleza de nuestra piel. Al hecho de reafirmar los
tejidos y embellecer la piel hay que agregarle que activa la circulación
sanguínea y desintoxica la piel. Su tratamiento se brinda en numerosas
clínicas de belleza, y el número de las instituciones que lo brindan va
en ascenso.
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